Geometría de la urbe

Geometría de la Urbe de Rocío Uchofen y el espacio poético

¿Por qué Rocío Uchofen busca los principios que gobiernan la infraestructura de la ciudad? En realidad se trata de ciudades en plural, metrópolis superpuestas en la memoria: un palimpsesto de emoción, temblor, melancolía y gozo. Uchofen mide desde la poesía lo que Michelle de Certeau llama la ciudad vivida, que no es la ciudad del plano urbano,URBE sino la ciudad de las deviaciones del caminante, que como dice de Certeau tienen más de tropo retórico que de ciudad real (100).

Yo llegué aquí a descansar y

caminar por tu orilla con los ojos cerrados

para inventar una ciudad, un espectro

que está muy lejos,

Pero existe. (43)

 

La poeta advierte: “Este lugar también se llama casa” (27). Union Square, el puente de Brooklyn, el río Hudson son corredores de la casa poética, una casa sin paredes, una arquitectura de lenguaje, emoción y experiencia. Pero es una casa a la intemperie que exige estar alerta: “Duerme urbe de áticos límpidos. / Duerme./ Un monstruo late, late y enrosca/ su cuerpo de sierpe hacia el Hudson” (31) Camina la poeta, espera en estaciones de metro y la ciudad no es sólo su asfalto, los viajantes, los pájaros, sus madrugadas, sino un rumor, es ritmo, poema en potencia. La poeta afina su percepción y la visión llega, ese desorden de los sentidos que Arthur Rimbaud conjuraba:

La belleza del tiempo en su perfección:

La luz roja me detiene en el punto exacto.

El sol en desintegración,

su luz rasguña la mirada de ventanas como ojos

incrustados en esa ciudad inmensa,

esa isla de metal

que engulle el firmamento con la voracidad de

los hambrientos (33)

 

Qué es la perfección del tiempo, sino el lapso suficiente para que el yo acceda a su circunstancia. Geometría de la urbe transmite la preocupación por el tiempo humano, no cuantificable, sino vivencial. ¿Cuánto tiempo es necesario para habitar un espacio? me pregunto y los versos de Uchofen me responden: “El tiempo puede escurrirse por los intersticios/ de esta pared que se asemeja/ a mi piel y que respira/ los acordes de una melodía deshecha/ bajo el paso del tren” (28). El poema indica que el tiempo es lo que ocurre en el cuerpo y sus necesidades, la duración de las tensiones de la urbe en la piel; pero la poesía transcurre más allá del tiempo, porque excede la necesidad.

Mi cuerpo también sangra y sufre,

pero mi boca imita el susurro

de las palomas harapientas

para que calle el ladrillo

manchado de piel (30)

El cuerpo y sus peripecias se dejan de lado por efecto de la extensión musical que la poeta posee, no es sólo su cuerpo el que contempla es también el de las palomas, por ese cuerpo extendido que habita el poema puede verse, que como dijera Sartre, en el tocar el mundo comparece ante sí mismo. Pero debe aclararse que en Geometría de la urbe se trata de un mundo habitado, y demasiado cercano. Se dice: “Todos son mis hijos. Las palomas indecentes incubadas entre fierros, sus plumas/ pardas impregnadas de estalagmitas nacidas de los sueños,/ el hombre que rasguña su silencio en la silleta de piedra y duerme, duerme, duerme,/ la niña sin hoyuelos cuya sonrisa exhala los cuatro puntos cardinales” (37). Este poemario muestra el poder del lenguaje poético para denotar la sociabilidad del espacio, que como indica el filósofo Henri Lefebvre , es una arquitectura mental, medio de poder y de acción del lenguaje (140). En su recorrido, la poeta atraviesa Nueva York como espacio dialógico; en otras palabras, el rumor de otras voces interactúa con la enunciadora en la construcción de una arquitectura poética de la ciudad o en lo Uchofen llama “geometría de la urbe”. De ahí su invocación:

Háblame, Legión.

Háblame en tu tono más pastel,

rodea con tu lengua el eco de todos los silencios,

de todos los sonidos

que susurran al ritmo de tu voz porosa,

de alas trepidantes, desplumadas. (34)

 

La palabra en el encuentro con la palabra ajena se reorienta decía Bajtín, gracias a la experiencia colectiva la Geometría de la urbe plantea el espacio poético como un espacio de conocimiento, es decir de lo que va más allá de lo ya visto. La predisposición a la novedad se refleja en la actitud de apertura al movimiento y su inclusión del error: “Después de cruzar el puente/ seguimos las izquierdas y derechas/ memorizadas tras varios sábados, simulacros, / y tras varias vueltas sin mapa o gps./ Así, luego de errores crasos/ o del ensueño de una música/ envuelta en el vapor que irrumpe/ las bocacalles,/ hallamos un sitio para olvidar al auto./ Libres ya caminamos por Horatio St” (40). La ciudad, entonces, se hace visible como una reunión de caminantes, cuyos principios geométricos asumen la espontaneidad creativa de rumbos abiertos y maleables. La filósofa Martina Löw sostiene que el espacio posee una dimensión transitoria, porque es un arreglo relacional de cuerpos en movimiento, cuyo sustrato es el tiempo (106). Geometría de la urbe revela de forma eficaz esta fragilidad del espacio para indicar que es siempre plural: “Esta casa está llena de sonidos, / las voces también son ecos” (51), la ciudad es la casa interior, es el contacto con lo que aguijonea y conmueve, por una cornisa: Lima, la casa paterna, por un dintel: el hijo fascinado por la historia, por los ventanales: la casa de una amiga. Todos estos recuerdos conviven en una arquitectura singular, una geometría imposible que Rocío Uchofen ha recorrido con rigurosidad imaginativa. Al leer  Geometría de la urbe recordamos que como dijera Bachelard: “Subir la escalera en la casa de la palabra es, de peldaño en peldaño, abstraerse. Bajar a la bodega es soñar, es perderse en los lejanos corredores de una etimología incierta, buscar en las palabras tesoros inencontrables. Subir y bajar en las palabras mismas es la vida del poeta” (135).

 Palabras de presentación, Librería Casa Tomada, domingo 21 de julio de 2019.

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Bachelard, Gastón. La Poética del Espacio. Buenos Aires: FCE, 2000.

Certeau, Michel de. The Practice of Everyday Life. Traducido por Steven F. Rendall, California UP, 1988.

Lefebvre, Henri. The Production of Space. Traducido por Donald Nicholson-Smith, Blackwell, 1991.

Löw Martina. Sociology of Space. Materiality, Social Structures, and Action. Traducido por Donald Goodwin, Palgrave Macmillan, 2016.