Paulo Peña

Gociterra-Lecturas móviles (Paulo Peña)

Gociterra emprende la búsqueda de testimonios creativos y pretende ser vehículo de viajes de la palabra poética. Su propósito es extender lazos y plantear la posibilidad de la escucha y del intercambio literario.

Este primer volúmen es una muestra en curso configurada por voces de la poesía peruana contemporánea.

Paulo Peña nos comparte fragmentos de Cada ventana tiene su propio cielo (Paracaídas, 2013)

Cada ventana tiene su propio cielo

(fragmentos)

Estoy en mi habitación, rodeado por mis cuadernos de apuntes, mis esquemas de trabajo y un gastado fascículo perteneciente a una de las tantas ediciones del diccionario Larousse. Una antigua promoción comercial permitía contar con la enciclopedia completa, siempre y cuando se comprara cierta revista que salía cada semana. Mi padre fue quien se encargó, con diligencia admirable, de reunirnos la colección. El fascículo se trata en realidad de un cuadernillo con el lomo empastado y que como seña más llamativa tiene una serie de minúsculas manchas de color marrón que reviste el borde de sus páginas. Si lo abro, noto de inmediato que el margen utilizado por las palabras y sus significados los mantiene a salvo de la especie de aureola amarillenta que ha crecido desde aquellas manchas. No puedo quitar la mirada de la franja formada entre el margen de las palabras y el borde de la página. No sé explicarme el porqué de este gesto. Aunque luego caigo en cuenta de que se debe a que estoy contemplando, en todo su esplendor, el único y verdadero reino de los hombres. Es decir, el espacio sobrante en el que vivimos: entre lo transitorio y lo inexorable. Entre el conocimiento que durante siglos hemos ido adquiriendo, atesorando y continuado heredando; y el desconcierto que nunca ha cesado de provocarnos la permanente presencia del tiempo.

Aunque ocurra de forma casual, sea en el lugar que sea, y más allá de que dure solo por un breve lapso, al toparme con la conversación de dos desconocidos, quiéralo o no, ciertas palabras terminarán invadiendo mis tímpanos. Si pretendo entender su sentido, y así consigo encontrar en ellas la respuesta o la solución a mis dudas no dichas, entonces serán como aquellas semillas que al invierno sobreviven bajo tierra y logran germinar porque a tiempo las alcanzó el calor de la vida. Su fruto azaroso me sosegará. En cambio, si pretendo entender su sentido, tan sólo prendido por la curiosidad, deberé tener la pericia de sujetarlas cuando en su viaje de esquirlas atraviesen mi campo de percepción, para que así, lo más pronto posible, determine su tono y destino. A veces lo consigo, a veces no.  Cuando creo que sí, me satisfago por haber empuñado —metiendo la mano a ciegas en un estanque fangoso— una preciosa serpiente: el sentido. Pero cuando descubro que no, me doy cuenta que sólo he cogido la piel —una lámina viscosa y oblonga— y que la serpiente, suelta en el agua que comparte conmigo, no sólo está dispuesta a escapar de mi presencia.

Paulo César Peña (Lima, 1986)

Ensayista e investigador literario. Fue fundador y director de la revista de ensayos ‘Estereograma’. En 2013, publicó el libro de prosas breves ‘Cada ventana tiene su propio cielo’ y, en 2015, el ensayo ‘1945: Jorge Eduardo Eielson, vida y canción en Lima’, ambos con Paracaídas Editores. Asimismo, en los últimos años, ha estado a cargo de talleres de escritura creativa y ha escrito artículos y reseñas sobre poesía peruana en revistas especializadas.

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