Gociterra-Lecturas móviles

Gociterra-Lecturas móviles (Luz Ascárate)

Gociterra emprende la búsqueda de testimonios creativos y pretende ser vehículo de viajes de la palabra poética. Su propósito es extender lazos y plantear la posibilidad de la escucha y del intercambio literario.

Este primer volúmen es una muestra en curso configurada por voces de la poesía peruana contemporánea.

Luz Ascárate nos lee poemas inéditos.

 

 Plegaria

Y el hombre dijo:

hágase el poema

y todo fue malo.

El señor es mi pastor, nada me falta

no me faltan el hombre ni la muerte

la miseria o el infortunio

el señor me acompaña

en el cadáver de mi madre

en su cáncer y su destajador

¿qué me puede faltar?

 

En la risa maliciosa de mi verdugo cuando soy la esclava de 5 años,

el señor está.

Y en los ojos de esa mujer hambrienta que se traga a su feto,

el señor está.

Y en el feto que nació en un basurero,

el señor está.

 

Oh señor, una palabra tuya, la de la meretriz golpeada y el asesino culpable

bastará para sanarme

la del niño filicida, la de cura pederasta

tu palabra es mi verdad, rocíame con la cura de tu verdad

 

y habitaré en la casa del señor

por años sin término.

 

Identidad

“Samain diría el aire es quieto y de una contenida tristeza.

 

Vallejo dice hoy la Muerte está soldando cada lindero a

cada hebra de cabello perdido, desde la cubeta de un frontal,

donde hay algas, toronjiles que cantan divinos almácigos en

guardia, y versos anti sépticos sin dueño” (Vallejo).

 

Nosotros  no decimos            solo     somos              los que al hablar emiten ruido        y al estarse como en un bulto en el vientre de una madre fantasma       a los que nos ocultan           de tu madre y de tus hijos              los huérfanos castrados         los hombres últimos           los de la transición      y         los que ya no odiamos porque    entonces habría que odiar nuestras propias manos      a nuestros padres e hijos     y para eso          no nos alcanza el corazón ni el aire            no estamos orgullosos de nuestra no palabra              no hemos elegido tal fortuna.

 

Nos quitaron la salvación             porque somos muchos           alguien dice en tiempos que me hacen mucho frío más me faltas         le responden yo quería ser poeta, por eso guardé silencio              otro dice he encontrado la máquina del movimiento perpetuo      le responden los cuerpos somos diferencias e infinito                    B dice las palabras hacen el amor aunque procedan de la boca de las sombras                    le responden he encontrado la máquina del movimiento perpetuo.

 

Silencio

detrás de los cerros

el pishtako

se alimenta como una máquina

ruidosa ignota colosal

de nuestros sueños

 

donde la tierra es toda mala y olvida

gritamos a veces

pero nadie nos escucha

nadie ya nos quiere y abraza

hemos olvidado a nuestra madre

y el lenguaje de las piedras

 

el pishtako

dice que sólo somos ruido

 

cuando nos encuentra de noche

nos llama ruido

cuando camina por las calles

y sube a sus edificios

y prende su máquina de nombrar

nos llama ruido

 

ruido ven para darte nombre y voz

nos dice

y al instante nos destaja

 

así hemos vivido jóvencita séñorito

hablando al silencio

 

evocándolo

como se evoca lo que

se necesita y hiere

 

la cara me la quemaron todo

no encontré mi familia

 

gritando al silencio

como lo que yace

en donde no se mira

 

y me desgajaron el vientre

desde entonces ando en silencio

 

y al silencio

el relato de nuestros llantos

 

en los cerros más altos

en sus rocas más grandes

se esconde

 

el pishtako

 

su “expresión mística

es un estímulo más del pensamiento” (Novalis)

por eso

gritar al silencio

 

porque cuando al silencio volvemos

únicamente cuando tenemos miedo

únicamente cuando el miedo es hermoso

el silencio nos descansa

 

en nuestra colección de recuerdos tristes

pues “toda verdad es antiquísima” (Novalis)

en el silencio.

 

Luz Ascárate (Callao, 1989)

Magíster y doctoranda en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Actualmente es docente de la misma casa de estudios e investigadora del Museo del Hospital Víctor Larco Herrera. Ha publicado diversos artículos y poemas en revistas académicas. Finalista en el concurso nacional de poesía COPÉ 2013, ha participado en distintos eventos de poesía.

Gociterra-Lecturas móviles (Santiago Vera)

Gociterra emprende la búsqueda de testimonios creativos y pretende ser vehículo de viajes de la palabra poética. Su propósito es extender lazos y plantear la posibilidad de la escucha y del intercambio literario.

Este primer volúmen es una muestra en curso configurada por voces de la poesía peruana contemporánea.

Santiago Vera nos lee un poema inédito y un poema de Libro de las opiniones (Paracaídas, 2014)

.

 

***

-No he visto nunca una sola palabra.

Decretos del triunvirato ablandan volcadas suficiencias

Y Entre los mástiles de nata Se desliza el orden.

 

Al fondo la ausencia de pared. No hay ni un zócalo que

Hierva horizontales ni amordace

Escudos paralelos.

 

La placa -herrumbre de la ausencia-

El tiempo en que no estábamos Aquí

 

No Había Muro

No Hay Muro

 

 

El tiempo en que no estábamos aquí Algo pasó

 

Algo de Paso pasó exhibiendo artillerías separando junturas a balazos

 

Asolando vacuas latitudes exterminando vacas

 

Bombardeándose los pies cuando al contrario procurábase acabar con multitud de allís

 

Y vientos

 

 

No he visto nunca  una sola palabra

Ni al fondo            Ni adentro               Ni latiendo en el umbral del viaje

 

La finta del ocaso en la pared

 

No hay pared

No hay Muro

 

No he visto nunca una sola palabra

 

-¿Y?

***

Esos procesos demoran. Longitudinal y transverso. Esos procesos son así. Estoy acá. En algunos lugares en donde no estoy, voy a estar. En todos los lugares en donde voy a estar, no estoy. La luz, es la luz la que me ha partido. Se me cae el brazo. Mi espalda se apoya sobre una pared de vidrio. Y eso es solo un término, un primer comienzo. Estamos largamente, ciudadanamente, lejanos. La cuestión recién empieza. ¿Qué es lo que va a terminar? Lo que va a terminar es lo que no ha empezado aún. Lo que va a empezar es lo que no ha terminado aún. Debes entender la naturaleza del proceso. ¿Desde dónde he partido? Desde un punto de partida. ¿Y antes del punto de partida? Un punto de llegada. Longitudinal y transverso. Todo, absolutamente todo, es un exceso. Estoy acá. Y eso es un exceso. La luz, es la luz la que me ha partido. Yo me presento a mí mismo en un yo-tú y en un yo-él. ¿Dónde, en qué parte del proceso, se ha quedado el yo-yo? En un comienzo. En un punto de llegada. Y si hablamos de otras para adelante: hay algo en la mitad. Sigo acá. Estoy donde antes estaba. Voy a estar donde he estado. He estado en donde sigo estando. Esos procesos demoran. No debo desbordar mis posibilidades. Mis posibilidades son: estar sentado. Estar sentado. Estar parado, para estar sentado. En el camino todo es llano. No pareciera posible su extrema llanura. Cuando menos, da miedo. En cualquier momento se desata la tensión contenida. Me despido, volando. Salgo disparado. Y llego…a otro camino. Y allí me siento. Y me siento de este modo. Y permanezco así, sentado. Y espero. Y espero tanto, que se hace ya, una falta de respeto, un exceso, una sobreabundancia. Mi espalda se apoya sobre una pared de vidrio. Me doy cuenta. Estamos en el comienzo. Otra vez otra vez. El cielo llueve. Y ese es el camino. La lluvia cae. Y ese es el camino. El sol alumbra. Y ese es el camino. El viento sopla. Y ese es el camino. El hombre se comporta. Y ese es el camino. El mar. Y ese es el camino. El camino. Y ese es el camino. Todo es elemental. Todo es primero. Todo existe, con las justas. Estoy acá. Estoy acá. ¡Aquí! ¡Maldita sea! Mi condena es para siempre. Esos procesos demoran. ¿Y cuánto? Esos procesos son así. ¿Y desde cuándo? Esos procesos son así. ¿O sea que no se puede hacer nada? Esos procesos son así. El camino es solamente un camino. No una ruta. Si no tuvieras pies, sería un lugar. Si no tuviera cabeza, un espacio. ¡Si no estuviera yo aquí jamás! No contestes, estate. El camino lo perdona todo. En algunos lugares en donde no estoy, voy a estar. En todos los lugares en donde voy a estar, no estoy. Y Ya nada es definitivo. Nada está resuelto. Mañana todo es una misma cosa. La misma fuente. Hoy todo es definitivo. Todo está resuelto. ¿Quién ha dicho qué? ¿El yo-yo ha hecho su aparición? ¿El yo-tú? El yo-él? En el fondo, no hay ningún fondo. Yo me espero muchas cosas, entre ellas, a todas. Sin embargo, pero. Aunque, no obstante. Por lo tanto, concluimos. Esos procesos demoran. Mis posibilidades son: estar sentado. Todo es elemental. Otra vez otra vez. Estoy acá. Estoy acá. Y Ya nada es definitivo. Longitudinal y transverso. El camino. El viento.  El sol alumbra.  El hombre.  El hombre se comporta.  Y permanezco así, sentando.  Y espero. Y espero. Y espero.  Una falta de respeto, un exceso,  una sobreabundancia.  Todo es elemental. Todo es primero.  Todo   existe, con las justas.  ¡Maldita sea!  Mi condena es para siempre.  Me doy cuenta.

 

Santiago Vera Cubas
Poeta y miembro del colectivo de poesía Ánima Lisa. Estudió Filosofía por la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde realiza estudios de Maestría. Se especializa en temas de estética, filosofía del lenguaje y teoría del urbanismo. Ha publicado Volúmenes silenciosos (Taller la crema, 2012) y Libro de las opiniones (Paracaídas, 2014).

 

Gociterra-Lecturas móviles (Mario Pera)

Gociterra emprende la búsqueda de testimonios creativos y pretende ser vehículo de viajes de la palabra poética. Su propósito es extender lazos y plantear la posibilidad de la escucha y del intercambio literario.

Este primer volúmen es una muestra en curso configurada por voces de la poesía peruana contemporánea.

Mario Pera nos lee poemas de Preparaciones anatómicas (2009) y de Ruido Blanco (2011).

 

De Preparaciones anatómicas (2009)

 

El taxidermista

Había un cuerpo que solía llamarme:

ciego pescador de expresiones.

Alacrán,

siempre dispuesto a incrustar su estilete.

 

Cada nueva piel,

cada nueva carne que brota de fecundos huesos,

alimenta en mí un prurito devastador

al crear formas perfectas

extremadamente apetecibles de

perennizar.

 

El arte,

materia de mi adoración y angustia,

es el oscuro traje de lo que se define a sí mismo

como el pozo dentro del cual se esfuma la vida;

es el último brillo

que emana del filo de mi navaja

antes de inocular

la muerte.

 

Es en aquel febril momento,

mientras la sangre de mi obra ve mutilado su fluir,

que se inyecta en mis iris:

el delirio del suicida,

y reverdece

aquella antigua manía.

 

Entonces,

ríos blanquecinos con olor a formol

invaden mis venas,

y la inquietante frialdad y aplomo

que requiere mi oficio,

me sumerge nuevamente en la obsesión

por eternizar cada enigmática figura,

que entre mis manos,

reclama una nueva existencia.

 

Gota por gota,

se filtra presurosa la sal de Boro

por las rendijas de mi tórax,

discurriendo ligera

como un raudal que a su paso muerde

la orilla de mi sangre.

Y se desata así la bestia,

y ruge el animal descontrolado

al elevar en su puño el escalpelo

para luego hacerlo danzar desnudo

entre la carne y las entrañas,

bajo la lánguida luz cómplice

de una inmisericorde lámpara.

 

Mi labor halla así su motivo:

cada emigrante vestido debe restaurar su pulso;

debe

retornar ficticiamente a la vida.

 

Hace algunos años,

había un conjunto de letras,

una tendencia a pintar y a observar ciertos cuadros

que solían describir cabalmente

la impavidez de mi oficio:

el por qué desde hace tanto

mi raza es estéril.

(Salzburgo)

 

 

De Ruido Blanco (2011)

Ruido Blanco

 

I

Es la misma locura

el dedo del tiempo que raspa la pólvora de la memoria

las cifras y el curso de los meses

en la cabeza de mi padre.

 

Cantos de imperfección

es el despertar de Los Malditos;

Los Malditos que el tiempo arrolla

cuando se apagan los faroles

la escolástica muere y el olor del whisky

se enrama en la bravura de las lenguas

desgarrando

la pálida palabra de sus labios.

 

Blanca locura

locura de espanto tejida sobre mi frente

que esparce el arsénico

la prosa perversa

sobre el maldito trabajo de escribir.

 

II

Locura sombría

aciago devenir de la memoria

¿seré capaz de vencerte?

 

Despierta con este fuego inmenso

que herra la ciudad a mi cuerpo.

Esta ciudad que recoge de ti la luz y se trenza

con el aire y la neblina del invierno

questa città che rimane ferma

y sus palabras hieren como esquirlas

que lamen las sienes

el revés de la cordura

el arrebato del miedo que por fin

salta la barda.

 

Mis pasos olvidan el abismo

se acoda en mi frente un designio

que me engulle a dentelladas

el tiempo no es más que la estúpida invención

de un cráneo vacío

que vuelve inútil comprender el deleite

con el que mis ojeras carcomen

los atardeceres que jamás debí descubrir.

 

III

¿Qué esconde su rostro en el rostro de otros

para no ser descubierto?

Taimado incluso luego de mostrarse

ingresó violento en su pecho

el coro de los ataúdes vacíos

pendiendo de la tierra

como grilletes de un cuello escuálido.

Así cabalgan Los Malditos

izándose sobre la muerte y la sombra

de sus funerales;

así cabalgan

devotamente uno tras otro

apretando el carbón de la locura

contra su alma

apretándolo hasta hundir en su cuerpo

la Armonía que nunca pudo saborear

el pálpito de su boca.

 

Mario Pera (Lima, Perú)

Diseñador gráfico y abogado. Ha publicado en poesía Preparaciones anatómicas (2009) y Ruido Blanco (2011, 2015 y 2016) y, en ensayo, Fare l’America or learn to live in it? Italian immigration in Peru (2012), así como Mirando sobre el heno. Muestra de poesía peruana reciente (2014). Ha sido editor del sello Magreb. Actualmente dirige la revista web cultural y el sello editorial Vallejo & Co.

Gociterra-Lecturas móviles (Victoria Guerrero)

Gociterra emprende la búsqueda de testimonios creativos y pretende ser vehículo de viajes de la palabra poética. Su propósito es extender lazos y plantear la posibilidad de la escucha y del intercambio literario.

Este primer volúmen es una muestra en curso configurada por voces de la poesía peruana contemporánea.

Victoria Guerrero lee un poema de En un mundo de abdicaciones (FCF, 2016)

Gociterra-Lecturas móviles (Florentino Díaz)

Gociterra emprende la búsqueda de testimonios creativos y pretende ser vehículo de viajes de la palabra poética. Su propósito es extender lazos y plantear la posibilidad de la escucha y del intercambio literario.

Este primer volúmen es una muestra en curso configurada por voces de la poesía peruana contemporánea.

Florentino Díaz lee poemas de sus libros 28 (Bardoborde, 2013), Oda a Berlín (Bardoborde, 2015) Danza para las calles que tiemblan (Bardoborde, 2016)